martes, 11 de diciembre de 2012

La espera anhelante




 Dentro de pocos días tendrá lugar la presentación del libro en Liétor. Como podéis imaginar supone un momento muy especial para mí y todos los que participan de este proyecto. La sensación es la de conseguir cerrar el círculo que se inició hace ahora casi un año. Muchos de vosotros ya habéis leído el libro y habéis compartido las experiencias de Mauricio Astana. Curiosamente muchos me habéis comentado que os recuerda vuestra infancia, que os ha traido un mar de recuerdos agradables. Es difícil contener en una historia, cuyos límites están prefijados, el complejo mundo de sensaciones que despierta en mí volver a los días de mi infancia en Liétor.
  Sin embargo hay otro elemento que hace que ese día sea para mí muy especial. Ese elemento es que el día 30 de diciembre estará presente mi abuela Agustina. Mi deseo es que este acto sencillo se convierta en un homenaje a la persona sin la cual no habría ocurrido nada de lo que os estoy contando.
 He de confesaros que una sombra de temor me persigue estos días. No me preocupa que el libro no pueda gustar, asumo que haya gente a la que no le llegue la historia. La sensación que me acompaña es que me tendré que enfrentar a las personas que más se parecen a los personajes de la historia, será como ponerme frente a mi propia obra. Y sin duda son los jueces más severos.
  Un ligero atisbo de vanidad me envuelve cuando pienso que voy a presentaros una historia que ha nacido de mi mano. Que dificil resulta no caer en esta tentación, pero os confieso que no hay nada más lejos de mis deseos.
  Espero saber transmitiros la ilusión que siento, la pasión desbordante que me embarga al hablar de los rincones de mi infancia, de las gentes que me acompañaron, de todo aquello que forma los cimientos sobre los que he ido construyendo la persona que ahora soy.
  Un abrazo muy fuerte para todos los letuarios.
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