martes, 27 de noviembre de 2012

Paisajes brumosos






 Aquí podéis ver los paisajes en los que transcurrió la infancia de Mauricio Astana. Los recuerdos de la niñez se convierten en un territorio mítico, en el que la realidad ofrece unos contornos borrosos. Las dos primeras fotos muestran la presa,lugar donde el agua cristalina del río Mundo queda estancada por un pequeño muro de hormigón. En los años más remotos de ese pasado que afluye a su memoria no era el lugar predilecto para los baños pero con el paso de los años ha ido  ganando protagonismo hasta convertirse en un remanso de paz donde la luz adquiere cualidades especiales. Este lugar tranquilo ofrece una vista espectacular de Liétor que aparece en la lejanía colgado de una gran roca caliza por cuyas entrañas corren cuevas misteriosas. La tercera imagen es la del patio de casa de la abuela Agustina. Que decir de este lugar, sino que es de donde todo surge y donde todo parece acontecer con un ritmo lento y pausado. Conversaciones entrecortadas por el sonido de las lechuzas, desayunos con torta de sardina viendo como la luz incierta de la mañana baña la umbría, momentos de ensimismamiento observando el manto diáfano del cielo cubierto de estrellas. Ese patio, un lugar que apenas ocupa un lugar diminuto en este mundo de grandes gestos ha sido el escenario del desarrollo de unas vidas anónimas pero vibrantes de energía. Cuando la incertidumbre me acosa, cuando el sinsentido parece  imponerse , mi mente vuela hacia ese lugar para sentirse arropada por el equilibrio que ofrecen las cosas pequeñas que constituyen mi vida.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Encuentros en Murcia





    No sabe uno bien cuando empieza una aventura qué se va a encontrar por el camino. Pone uno toda la ilusión, la energía acumulada, sin esperar nada concreto a cambio. Pero esta extraña vida se ha empeñado en sorprenderme con destellos inesperados. El café Zalacaín de Murcia va ligado a mi memoria literaria. Nunca he leído nada en ese ámbito misterioso, lo he ido conociendo de manera azarosa a lo largo de los últimos años. Sin embargo pertenece con todo derecho a mi personal mundo de lugares predilectos .Esa entrada un tanto anodina da pie a un lugar con un curioso aire de antaño, un lugar en el que pienso que la gente va tomar un café mientras tantea con dedos inseguros la lectura que promete momentos de dicha.  Es el lugar donde se va a charlar de forma pausada, tal vez de cosas intranscendentes, pero ¿de qué se construye la vida sino de pequeños pedazos insignificantes?. ¿Quién me iba a decir a mí que algún día presentaría mi primera novela en el lugar donde han habitado mis sueños?. Y hablar del Zalacaín es hablar de la gente que pulula por su barra, que alguna vez se ha sentado a sus mesas de mármol, que esperó con mirada ansiosa la llegada del rostro amado.
  Nunca se me olvidará la decisión de Curro al aceptar mi reto de que me acompañara a la guitarra mientras desgranaba el enigma de mi pasión. Plácido y Resu que hacen de lo imposible algo natural. De toda esa familia Murciana que te hacen ver la vida con luz en los ojos. Para Carlos y Marga me faltan las palabras pues nadie imaginaría mejores compañeros para esta travesía. Tengo la sensación, que es dulce como los granos de la granada en mi infancia, de que esto lo estamos consiguiendo todos juntos y que yo no soy más que una pieza que hace rodar la maquinaria de ¨La memoria esquiva¨.
  Me viene a la mente la imagen de mi cuñada Fanny cuyo don con los niños sobrepasa mi entendimiento. La veo en un rincón del Zalacaín haciendo gozar a cuatro inquietos niños en una presentación de un libro. Gracias Fany por enseñarme tantas cosas.
   Seguro que olvido a muchos que tanto habéis significado para mí en este maravilloso fin de semana. Que nadie se sienta mal, pues os llevo bajo mi piel en cada paso que doy. Sin duda iréis desfilando por aquí a lo largo de estas noches de sueños entrecortados.
  Gracias a esos lectores anónimos que me he encontrado por Murcia, tiene mucho mérito arriesgar ese lugar precioso en la mesilla de noche para un libro de un perfecto desconocido cuya historia os parece tan lejana. Os tengo que decir que me encanta hablar de libros con gente desconocida.
  Para terminar mi recuerdo para Josefa, la madre de Plácido que me ha ofrecido lo mejor que le puede pasar a un escritor novato como yo. Sentada en su silla de ruedas, rodeada de su familia, me ha ofrecido como el mejor regalo su emoción, su temblor interior al oir la pequeña dedicatoria que este humilde creador de historias le ha escrito a ella y a la memoria de su marido Antonio.
 Gracias por hacerme la vida bella.

A galopar , a galopar

Imagen del Zalacaín el día de la presentación











miércoles, 14 de noviembre de 2012

Quién es ese Mark Rothko




 Aquí tenéis un enlace para qe descubráis algo más de este magnífico pintor :MARK ROTHKO
http://youtu.be/300puJSAuP4

Intimando con Fernando Zóbel

 Aquí tenéis un cuadro de Mark Rothko una de las pasiones de Zóbel
 
 

Ficción o realidad




 Cuando la gente me pregunta sobre lo que ocurre en ¨La memoria esquiva¨, si son reales los personajes que transitan sus páginas,  me detengo un momento , cierro lo ojos para reflexionar y es entonces cuando surge la duda.¿ Lo que escribí hace un año me pertenece o ha conseguido alcanzar una vida independiente? ¿Lo que surgió de mi imaginación sigue habitándola o se ha desplazado al mundo real con el que convivo? ¿ Donde está la sutil línea que separa el mundo tangible de la niebla que habita la imaginación? A veces lo veo claro pero en otra mis deseos me hacen ver el paisaje borroso.
 Si realmente es cierto que los que habéis leído el libro dudáis entre ver a los personajes como algo real o  solo producto de mi imaginación me doy por satisfecho pues parte de lo que pretendía al escribir el libro se habrá conseguido.
 Me encanta sobre todo el misterio en torno al capítulo ¨el circulo se cierra¨. He de reconocer que ni yo mismo sé si es verdad o producto de mi imaginación. A veces siento tan cercano a ese vigilante del museo que parece que haya convivido con él toda mi vida.
 Por cierto alguien sabría decirme si la intensidad de una mirada, el declinar de la luz al atardecer, un soplo de viento  que mueve las oscuras hojas de los árboles han sido verdad o sólo es mi imaginación quién lo ha sentido.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

domingo, 4 de noviembre de 2012

Aire que vibra a mi alrededor

 
 
 
Fotografía de Fernando Nuñño el día de la inauguración del Museo de Arte Abstracto de Cuenca

Melancolía de la infancia


   
 
        La gente que ha leído ¨La memoria esquiva¨ se acerca sigilosa y me comenta que muchas de las cosas que le ocurren a Mauricio Astana  les recuerdan a su propia infancia. Muchos dicen haber jugado en las calles, correteado por los campos que rodeaban los pueblos donde pasaban los veranos. Las personas de mi generación, que ahora rondamos  los cuarenta años, hemos tenido la inmensa suerte de vivir experiencias muy difíciles de repetir en la actualidad. Muchos de nosotros tenemos estrechos vínculos con pueblos alejados de las grandes ciudades. O bien se ha vivido en ellos los años de la infancia, o durante los veranos se iba a su encuentro ansiando la libertad que ofrecían. Sin embargo un día me llegó la voz entrecortada de una compañera que dijo algo qe me sorprendió. No le gustaba recordar su infancia por que había sido tan feliz que le producía una melancolía dolorosa. Pensaba que le resultaría imposible  mejorar ese estado de eterna inocencia que te hace ver el mundo como bañado por una luz especial.Supongo que me llamó la atención este comentario por que algo semejante debe ocurrirme a mí. Me encanta revivir mi infancia pero cuando mi mente vaga por esos caminos algo chirria en mi interior.Creo que lo que me desconcierta es el choque de la fotografía del pasado con la del presente.¿ Por que lo que fué tan importante en mi infancia ahora resulta anodino, monótono?. No creo que sepa responderme estas preguntas pero  me gusta compartirlas con vosotros.
 
     Quiero aprovechar esta entrada para recomendar dos libros donde la infancia adquiere una relevancia especial. El primero es un libro que he terminado de leer hace escasas horas y que me ha sorprendido, encuentro en él curiosos paralelismos con ¨La memoria esquiva¨( esta similitudes son subjetivas y ni mucho menos quiero decir que escriba tan bien como lo hace el autor referido, cuya larga trayecotia lo avala. El libro se llama ¨El viento de la luna¨de Antonio Muñoz Molina.
 
       El segundo es muy diferente, pero creo que quién no lo conozca y lo lea descubrirá en él algo maravilloso. Se trata de ¨Las cenizas de Angela ¨de Frank Mc Court. Vida dura y ácida a flor de piel pero con un lirismo y un humor que te desbordan.