Bueno, Reimon, siento no haber podido asistir a la presentación del libro en Lietor, pero la familia, y más en Navidades, obliga. Como lo prometido es deuda, quiero comentarte el libro que, en resumen, me ha gustado bastante. Independientemente de alguna errata de estilo (que se van depurando con la práctica), creo que las mayores virtudes de la novela son la facilidad con la que se lee y convertir el tono intimista en un personaje más de la novela, sin que por ello se haga pesada o árida. También creo que hay algo mucho más personal en ella, no solo la has escrito por afán creativo. En el trato amable de los personajes hay mucho agradecimiento, nostalgia y, no sé si me equivoco, un ejercicio de liberación consciente del autor, de manifestar mediante palabras lo que, en ocasiones, no hacemos con actos. La novela toca la fibra sensible, de quien ha vivido esas experiencias o similares y de mucha otra gente ajena, ya que toca temas comunes y universales como es la familia. En cuanto a la historia paralela aunque conectada de Zóbel, si bien puede parecer algo carente de relación con la trama principal de la novela, creo que oxigena esta trama principal, dando descanso al sentimentalismo ya citado y logrando que ni el tema ni la lectura se espese. Entendiendo la novela como una ficción biográfica o similar, me parece que el resultado es óptimo. Las cuestiones de estilo y los típicos errores de principiante ya te he comentado que la práctica los corrije, salvo que se tenga prisa y se recurra a un corrector de estilo, que también los hay.
Hola Ramón Yo también nací en Liétor, no se si hemos hablado alguna vez, ni tampoco se si te conozco. Pero creo que eso no es lo mas importante, el caso es que me has hecho disfrutar de algo que no suelo hacer, leer. También me has hecho revivir mi infancia. Como es lógico no voy a saber escribir lo que he sentido, pero te doy las gracias por los buenos ratos y las buenas sensaciones que he tenido leyendo tu libro. Yo también he creído volverme loco alguna vez, he temido por perder las sensaciones vividas. No se si recordar el pasado es bueno o malo , pero recordándolo contigo ....."lo he pasao cojonuo " GRACIAS
Ramón con la lectura de tu libro, entre otras cosas, has conseguido que tenga en mente una visita al Museo de Arte abstracto de Cuenca. A partir de ahora creo voy a tener otra mirada cuando entre a un museo, algo ha cambiado, tengo curiosidad de experimentarlo. Me he quedado con la cantidad de preguntas que planteas en el libro, que son de dificil y meditada respuesta. Yo te quiero hacer una a ti, ¿podrías explicarme, si es posible, que es para ti la luz?.
Bueno, Reimon, siento no haber podido asistir a la presentación del libro en Lietor, pero la familia, y más en Navidades, obliga.
ResponderEliminarComo lo prometido es deuda, quiero comentarte el libro que, en resumen, me ha gustado bastante. Independientemente de alguna errata de estilo (que se van depurando con la práctica), creo que las mayores virtudes de la novela son la facilidad con la que se lee y convertir el tono intimista en un personaje más de la novela, sin que por ello se haga pesada o árida. También creo que hay algo mucho más personal en ella, no solo la has escrito por afán creativo. En el trato amable de los personajes hay mucho agradecimiento, nostalgia y, no sé si me equivoco, un ejercicio de liberación consciente del autor, de manifestar mediante palabras lo que, en ocasiones, no hacemos con actos.
La novela toca la fibra sensible, de quien ha vivido esas experiencias o similares y de mucha otra gente ajena, ya que toca temas comunes y universales como es la familia.
En cuanto a la historia paralela aunque conectada de Zóbel, si bien puede parecer algo carente de relación con la trama principal de la novela, creo que oxigena esta trama principal, dando descanso al sentimentalismo ya citado y logrando que ni el tema ni la lectura se espese.
Entendiendo la novela como una ficción biográfica o similar, me parece que el resultado es óptimo. Las cuestiones de estilo y los típicos errores de principiante ya te he comentado que la práctica los corrije, salvo que se tenga prisa y se recurra a un corrector de estilo, que también los hay.
Un abrazo
Marmi
Hola Ramón
ResponderEliminarYo también nací en Liétor, no se si hemos hablado alguna vez, ni tampoco se si te conozco.
Pero creo que eso no es lo mas importante, el caso es que me has hecho disfrutar de algo que no suelo hacer, leer. También me has hecho revivir mi infancia. Como es lógico no voy a saber escribir lo que he sentido, pero te doy las gracias por los buenos ratos y las buenas sensaciones que he tenido leyendo tu libro.
Yo también he creído volverme loco alguna vez, he temido por perder las sensaciones vividas. No se si recordar el pasado es bueno o malo , pero recordándolo contigo ....."lo he pasao cojonuo " GRACIAS
Ramón con la lectura de tu libro, entre otras cosas, has conseguido que tenga en mente una visita al Museo de Arte abstracto de Cuenca.
ResponderEliminarA partir de ahora creo voy a tener otra mirada cuando entre a un museo, algo ha cambiado, tengo curiosidad de experimentarlo.
Me he quedado con la cantidad de preguntas que planteas en el libro, que son de dificil y meditada respuesta.
Yo te quiero hacer una a ti, ¿podrías explicarme, si es posible, que es para ti la luz?.