martes, 1 de enero de 2013

Primeras impresiones




 
Ha pasado muy poco tiempo desde que he vuelto de Liétor y por tanto no he tenido tiempo de reflexionar sobre lo que ha supuesto para mí la experiencia de haber presentado mi primera novela en el pueblo que me vio crecer. Sin embargo me gustaría deja constancia del mar de sensaciones que corren por mi mente en estos momentos. En primer lugar ha sido una nueva oportunidad para encontrarme con la familia, ese maravilloso grupo de personas que tanto me enriquece. Un recuerdo muy especial para mi abuela Agustina que con un tacto especial nos ha permitido disfrutar de su compañía.
 

Ultimamente siempre que voy a Liétor aprovecho las mañanas para salir a hacer un poco de deporte. Suelo madrugar bastante lo que permite observar los paisajes de una manera diferente. Esta fotografía en la que se puede observar la luna que derrama su luz lechosa en el paisaje me sorprendió cuando bajaba al río. Estos días de navidad he paseado en más de una ocasión por sus calles solitarias intentando percibir el eco de voces procedentes de mi infancia.Reconozco que me sentía más nervioso de lo habitual por el hecho de enfrentarme a personas muy cercanas.Esos paseos en solitario me sirvieron para calmar mi ansiedad y poder captar con más intensidad los rumores de mi pasado.
 
 

2 comentarios:

  1. Yo también soy de los que me gusta cargar energia y sensaciones paseando y observando con tranquilidad un paisaje,es algo que aprendí de mi padre.
    El,todos los días se asoma a nuestra privilegiada terraza para contemplar ese paisaje que se sabe de memoria de tantos años observandolo con detenimiento,
    no mira un punto en concreto,lo ve todo en conjunto,en todo su esplendor y creo que eso es lo que le llena,es nuestro sitio preferido para encontrarnos.
    De pequeño,me resultaba curioso cuando llegaban 'los forasteros' como siempre llamabamos a los que no eran de Liétor,como exclamaban y se sorprendían al observar estos paisajes desde los miradores.Para mi era algo normal porque durante mi infancia nuestro tiempo de ocio era correr por el campo a
    buscar aventuras,(no siempre buenas para desgracia de los agricultores a los cuales les quitabamos alguna cosa que nos apetecia en ese momento,ja,ja..)
    Esos paisajes formaban parte de nuestra vida diaria,ha sido pasados los años,cuando me doy cuenta de porque aquellas exclamaciones......al estar mucho tiempo fuera,ahora yo me siento 'forastero' y miro estos paisajes como lo hacen ellos al descubrirlos por primera vez.
    Yo tengo la suerte de poder contemplarlos cuando quiera con solo abrir la ventana al levantarme,no sabría explicar esa sensación,pero hacerlo
    es como recuperar esa paz que hoy en dia todos necesitamos en este mundo de injusticias y guerras.
    Simpre que vuelvo a Liétor hago una foto al mismo paisaje,es una manía que llevo haciendo durante años,ya se que todo sigue igual,pero según el momento que mire siempre hay algo distinto,algo que llama mi atención pero que nunca consigo captar con la cámara.
    Tengo una vista privilegiada compartida con la terraza del Labrador,si alguien quiere que le envie alguna foto solo tiene que pedirmela.

    ResponderEliminar
  2. Me encantan tus comentarios Cortés, a parte de estar muy bien escritos captas muy bien la idea que quieres transmitir. Respecto a los paisajes me pasa algo parecido, aún siendo el mismo siempre ofrece matices distintos. la luz, el color , al aire atravesando las hojas de los árboles. Todo esto es lo que he querido transmitir en el libro y me alegra que despierte en tí ese mar de sensaciones tan vívidas. Nunca sabe uno lo que puede depararte la vida pero tengo que decirte que volverte a encontrar despues de tanto tiempo ha sido uno de los mejores regalos que me ha dado La memoria esquiva.

    ResponderEliminar