lunes, 15 de octubre de 2012

Lo que hay oculto en "La memoria esquiva".

Hoy todo es veloz, apenas nos percatamos del placer que ofrece la lentitud.

Todo lo que nos rodea debe acercarnos al vértigo. Sin embargo, si fuésemos capaces de detenernos y observar, con ojos ingenuos, el mundo que nos rodea  descubriríamos que lo bello se despliega ante nosotros  a cámara lenta.

¿Por qué digo esto?,  simplemente porque os voy a pedir un favor. Quiero que hagáis un esfuerzo de imaginación. Cuando tengáis en vuestras manos "La memoria esquiva", cuando dudéis si empezar la lectura o aplazarla para momentos más propicios, en ese preciso instante, cuando todo es expectativa, cerrad los ojos y dejad pasar unos segundos, sólo unos segundos. Os pido que os olvidéis de mí, que no me busquéis en vuestra imaginación.

Siempre que releo el libro, esos momentos de los que hablo los dedico a pensar en ciertas personas. Pensar en mi hermana Marga, que cree no tener instinto creativo. ¿Cómo es posible entonces que hayas creado a tu alrededor  un invisible mundo donde la amistad y el cariño nos ofrecen el equilibrio que precisa la vida? O crees que la creatividad sólo sirve para dar vida a cosas materiales. ¿Cómo hacerte ver que gracias a nuestras conversaciones, a tu presencia, sigo pensando que necesito los libros para seguir viviendo?

Pienso también en Jose Manuel y Rebeka a los que asalté un día en su mundo de discreción. Les pedí que leyeran el libro y crearan lo que a ellos les transmitía la historia.

De ahí surgieron la sutileza de la portada y la imagen onírica del cartel de presentación.

Todo esto que os he contado también forma parte de "La memoria esquiva".
 

1 comentario:

  1. Gracias a mi hermano por creer en mí y, sobre todo, por conseguir que la ilusión inunde mi vida y me permita seguir buscando la belleza a mi alrededor.

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