domingo, 28 de octubre de 2012

Recorriendo los escenarios de "La Memoria Esquiva"

Surgió de imprevisto. Decidimos marcharnos a Cuenca a entregar varios ejemplares de "La Memoria esquiva", uno de ellos, por supuesto en el Museo de Arte Abstracto, que acoge una importante selección de la obra de Fernando Zóbel.

Escogimos un hotelito rural en la parte alta de la ciudad, el casco antiguo, donde se encuentran situadas las casas colgadas, la catedral y las callejuelas que suben hacia el castillo, lugar desde dónde se tienen unas vistas maravillosas tanto de la Hoz del Huécar como de la del Júcar.

Teníamos la opción de coger un AVE que, en una hora, nos trasladaría a uno de los principales escenarios del libro. Pero precisamente para recrear uno de sus capítulos, el del viaje que realiza Mauricio Astana con su padre, nos decidimos por un regional que tarda tres horas pero que, gracias a su recorrido pausado, nos permitió disfrutar del paisaje, de la conversación y que además me dio la posibilidad de releer las últimas páginas que me quedaban del libro.

Un ligero viento frío nos recibió a la entrada de la ciudad y nos hizo darnos cuenta de que habíamos dejado la calidez mediterránea para adentrarnos en el clima manchego. De repente pareció como si hubiéramos pasado del verano al otoño en un par de horas. Los viandantes llevaban abrigos y botas y nosotros hacíamos lo posible por resguardarnos del frío.

El hotel, pequeño e íntimo, nos ofrecía desde su habitación unas bellas vistas del valle del río Júcar con lo que nuestra mirada se posaba sobre los paisajes que un día sorprendieron al pintor Zóbel la primera vez que llegó a Cuenca.

Nuestra primera salida fue directamente al Museo de Arte Abstracto, situado en una de las casas colgadas. Allí, en la misma recepción nos recibió su actual director a quién le contamos la historia de "La Memoria Esquiva". El libro forma ya parte de la biblioteca del Museo. Era el momento de dejarnos envolver por la belleza de la pintura y el arte abstracto.

Recorriendo las salas del  museo sentí como si ya hubiera estado allí, conocía las estancias, los ventanales plagados de luz natural, la belleza de los cuadros. El libro y el vídeo de la presentación me habían trasladado en varias ocasiones al lugar que ahora tenía ante mis ojos. Sin embargo, en este caso la realidad supera a la ficción.

La luminosidad, la belleza del paisaje natural de la Hoz del Huécar colándose por los balcones e integrándose de forma natural con las pinturas. Es difícil explicar las sensaciones que experimenté así que os invito a que si podéis os acerquéis a conocerlo.

Al día siguiente nos dirigimos al Teatro Auditorio de la ciudad. Sin tener una cita concertada, la concejala de Cultura, Consuelo García, nos recibió amablemente y mantuvimos con ella una conversación sobre el libro "La Memoria Esquiva", la influencia de Zóbel en la ciudad de Cuenca y la posibilidad de realizar una presentación del libro en la ciudad.

Nuestro objetivo estaba cumplido y nos marchamos con el buen sabor de boca de haber disfrutado de los encantos de esta bella ciudad manchega a la que esperamos volver en breve.

3 comentarios:

  1. Me parece fantástica la aventura de Marga y mee ha sorprendido gratamente su manera de describirla. No entiendo como sigues diciendo que no tienes capacidad creativa. SEncillamente me ha encantado.

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  2. La verdad es que lo describes con una naturalidad q nos traslada a todos allí... Estoy de acuerdo con el otro García García, quien tiene gran capacidad para la lectura, tiene mucho ganado a la hora de lanzarse a la escritura.

    Y si! he estado más de 3 veces en Cuenca y aún me falta ver el Museo Abstracto, pardiez! Volveremos!

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  3. Gracias Pedro. Espero que tengas oportunidad de volver y ver el museo porque merece mucho la pena. Y te recomiendo nuestro hotelito.
    Un besico a la familia. Nos vemos pronto.

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